jueves, 4 de agosto de 2016

Amores Perros

Desde hace tres semanas que estoy desaparecida. O algo así.Casi no me conecté a las redes, me pedí vacaciones en el trabajo, tampoco vi a mis amigos.Es que hace tres semanas que "el negro", mi perro, está con pancreatitis."El negro" era un perro comunitario. El perro del barrio que acompañaba a todos. Guardián por demás pero super compañero.Mi mamá lo entraba por las tardes a la hora del mate y compartían alguna que otra galletita. Por las noches o días de lluvia se quedaba en mi casa pero después quería salir.En noviembre del año pasado, apareció una perra que estaba por tener cría así que mi mamá le dio asilo y yo decidí que "el negro" debía quedarse en casa junto a mi otro perro, Fluk.Por suerte no hubo problemas de convivencia, Fluk era medio celoso y cuando podía se lo demostraba corriéndolo con el osico.En abril de este año, Fluk cruzó el puente del arco iris por culpa de una hemorragia interna por causas que aún desconozco. Su perdida fue una de las peores situaciones que viví, porque si bien había tenido muchos perros en mi vida, él fue el primer perro del que me hice cargo en todo sentido. Mi hijo perruno.El duelo se hizo más llevadero gracias al negrito. Después de todo él también había perdido a su compañero. Fue un apoyo mutuo.En estos días me han dicho de todo "no sé como gastas tanta plata en un perro", "si lo dejabas en la calle seguro estaría sano", " eso es porque lo cuidas demasiado". A lo que lleva a preguntarme: si ustedes tienen un hijo y se enferma ¿lo dejarían ahí tirado, con dolor? Para mi, son los hijos que aún no tengo. Es un amor enorme e incondicional que no puedo explicar y no se si van a entender.Lo que más me molesta, es que todos esos dichos son de gente que me conoce. Saben como soy con los perros pero bueno, la gente opina porque si.Gracias a los doctores él esta mejor. Fueron dos semanas intensas de ir a la veterinaria para aplicarle medicación, de estar internado e ir a verlo, de ir de una lado para otro.
Yo quedé destruida de la espalda y con las emociones a flor de piel. Si bien está mejor, no dejo de contemplarlo por miedo a una recaída. Sé que no es una enfermedad fácil pero ahí vamos.
Sé que hice y estoy haciendo lo posible para que mejore.
Hoy no me importa el que dirán porque el amor es más fuerte.


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