Durante mis siete años de atención al público atendí muchas las llamadas que pedían el contacto del sector de recursos humanos. Les diría que lo piensen dos veces. Resulta que no está bueno ser empleada pública.
La verdad es que se gana bien. El problema existe si querés trabajar porque el resto, casi la mayoría, no está dispuesto. Y te haces mala sangre, y te enfermas, cómo me está pasando, que me agarro de todo.
En enero, después de muchos años y una angustia enorme, decidí planear el cambio de sector.
El call center es solo por un tiempo, desgasta la mente y la paciencia se vuelve en un recurso agotable.
El cambio se dio más rápido de lo que pensaba. Estaba tranquila, ilusionada. Claramente no sabía lo que estaba por venir.
Iba a estar en el sector de redes sociales como community manager. Buenísimo!
Me presentaron a mi nueva compañera, hicimos la capacitación y nos pusimos a gestionar todo para que cuando dieran el ok los portales estuvieran listos.
Los problemas aparecen cuando pediste las cosas hace dos meses y hasta el día de hoy no hay respuesta; y viene tu jefe y te plantea de lanzar redes en dos semanas. What?! A ver, yo no soy jefa! Por lo tanto no puedo pedirle a esta gente que esta atrasada para que se apure. No me corresponde.
Odio el trabajo que tengo, odio las cosas con las que tengo que lidiar y odio cuando "los de arriba" te venden nuevos proyectos de trabajo cuando sabemos que en la administración pública no todos laburan pero los que lo hacen, se rompen el alma.
Hay cosas que escucho o me entero y cada vez detesto más estar acá.
Sé que voy a tener que empezar terapia porque cuando estoy en el colectivo me agarra una sensación horrible, como de ahogo. Como si no quisiera llegar a destino. Más de una vez pensé en bajarme. Por ahora lo pude controlar.
Lo que ya no puedo controlar es la angustia que tengo.
No se que voy a hacer. Busco otra opción pero tampoco hay ofertas.
Tengo ganas de llorar hasta el año que viene!
Perdón, no era la idea de este blog pero necesitaba expresarme en algún lado.
